¿Qué tiene que ver la observación de las estrellas con el cristianismo?
Según el Evangelio de Mateo, los tres magos utilizaron cálculos astrológicos para encontrar al niño Jesús. Entonces, ¿Cómo encaja la astrología con el cristianismo? ¿Está permitido que un cristiano busque orientación astrológica y crea en los horóscopos?
¿Astrología y cristianismo, ¿Qué hay?
¿Está predeterminada nuestra existencia? ¿Todo lo que nos ocurre se rige por reglas estrictas? ¿Existe realmente la libertad de elección o es un mero producto de la imaginación? Muchas fuerzas nos moldean antes de que podamos tomar nuestras propias decisiones, y esto es innegable. Nuestra composición genética, las relaciones familiares y la educación son factores que influyen. A pesar de todo, ser «nuestra propia persona» es una de las tareas más difíciles de la vida.
Según la astrología, estamos determinados por reglas cósmicas además de las mencionadas. Los movimientos y constelaciones del sol, la luna y los planetas se corresponden con lo que ocurre en la Tierra. La carta astral es la más importante: la posición de los principales astros en el minuto de mi nacimiento, así como la posición del sol en ese momento, determina en cuál de los doce signos del zodiaco he nacido.
El «ascendente», el signo del zodiaco que se «levanta» en el horizonte oriental justo cuando llego al mundo, también es significativo. También es la primera de un total de doce «casas». Lo importante son los planetas que se encuentran en cada una de estas casas en el momento del nacimiento. Además, en la interpretación del horóscopo influyen las relaciones entre el signo zodiacal, el ascendente y las casas, así como los planetas.
La astrología actual se ocupa sobre todo de la psicología del carácter
Los babilonios establecieron una antigua instrucción de sabiduría que es la base de la astrología moderna. Mientras que antes la astrología se utilizaba predominantemente para predecir el futuro, ahora se emplea principalmente para la psicología del carácter.
Un conocido astrólogo, Wulfing von Rohr, escribe
«El horóscopo no predice cuándo morirá una persona, si se hará famosa o no, o si caerá en una enfermedad terminal. El horóscopo no sustituye a la reflexión, al sentimiento y a la experiencia personales, a la toma de decisiones independientes ni a la oración y la meditación. Un horóscopo describe las capacidades innatas de la personalidad, así como los ciclos cósmicos del tiempo en los que pueden manifestarse».